(1923-2014)
La señora Mercedes Olarte le preparaba a su hijo Rafael unos ponques muy deliciosos, tanto así que un día su hijo pensó en venderlos.
Así empieza la historia de Don Rafael quien empezó como celador de
un lote, y quien a pesar de que con el tiempo se posiciono en un cargo medio de
una compañía grande (Bavaria) con un
buen salario, no podía solventar sus gastos familiares y personales con
lo que ganaba, entonces empezó a buscar otros métodos para conseguir más
dinero, vender y comprar carros con sus compañeros en sus tiempos libres, fue
uno de ellos para ayudarse en su economía.
En medio de su búsqueda por ganar más dinero se acordó de
aquellos ponqués que le hacia su mama y decidió seguir sus instintos y llevar a
cabo esa idea que le había surgido, así que le pidió a su mama que le enseñara
a su esposa Ana Luisa Camacho la receta para
preparar tan deliciosos ponqués.
Entonces Rafael y su esposa se pusieron de pasteleros, comenzaron
a preparar ponqués en mayor cantidad para así el venderlos a sus compañeros,
con quienes tuvo bastante acogida, así mismo los llevo a las tiendas cercanas y
empezó a distribuirlos, eran muy ricos pero tenía un inconveniente y es que
eran grandes por consiguiente costosos entonces solo los compraban para eventos
especiales, reuniones y cumpleaños, Se le estancaron las ventas.
Sin embargo no se iba a dejar echar tierrita y un buen día con una
de los tenderos con quien estaba hablando se le ilumino el coco, le pidió un
cuchillo y partió el ponqué en 12 porciones, decidió distribuir sus ponqués
para venderlos de forma individual y a un precio más asequible, teniendo un
resultado muy satisfactorio, tanto así que para la semana siguiente ya había extendido
sus ventas a mas tiendas obteniendo mayores ingresos, y la cosa pintaba que
podía ganar más de lo que recibía en su trabajo.
(El como buen administrador de su dinero todas las noches de su
vida contaba lo que había ganado y lo que había gastado en el día para llevar
un buen control.)
Con unas ventas excelentes y un crecimiento de su demanda Rafael
decidió inventar unos síntomas médicos con el fin de que le dieran una
incapacidad en su trabajo, y lo logro, en este instante solicito un préstamo a
la compañía para comprar peroles para sus
ponqués y poder suplir dicha demanda, se dedicó con su esposa a hacer
ponqués todo ese mes, sin embargo contento con su éxito hizo que le dieran un
mes más en el cual continuo con sus labores en casa. Al término de la
incapacidad logro suplir sus gastos económicos y renuncia definitivamente a Bavaria.
Rafael viendo crecer a su empresa llamo a varios de sus
excompañeros de Bavaria, a raíz de que Rafael cultivaba mucho el valor de la
familia y por lo general contrataba a su familia e incluso familias de sus
mismos empleados, de tal manera que se llenó de excelente personal que
siguieron agrandando la compañía a nivel nacional.
Ha. y algo muy importante el nombre RAMO se debe es a la forma en
que su esposa empacaba los ponqués, usaba una cinta de papel seda y los
amarraba en forma de ramo.
Uno de sus mejores aliados fue el Ingeniero Químico Álvaro Iregui
Borda quien se trajo de la universidad Nacional con un poco de equipos
científicos que se estaban pudriendo y así monto el primer laboratorio, en
donde se estandarizo la producción de ponqués
En 1967 abre una planta en sabaneta, Antioquia (Hoy en día en
caldas)
En 1969 traslada la fábrica de su casa en los Alcázares a
Mosquera, con ayuda de un préstamo.
En 1975 Inspirado en un viaje a la china, implementa la
distribución del producto en triciclos, diseñado por su hijo Claudio.
Ya que no muchos de sus vendedores se le
median a andar en triciclo hizo que Rafael Antonio Niño el Nairo quintana de la
época se tomara una foto en su triciclo para impulsar el ejercicio a medida que
iba trabajando.
Ahora tenemos una de sus productos más representativos en el
mercado y en sus ingresos brutos, EL CHOCORRAMO, este surge de uno de sus hijos
que se le ocurrió bañar el ponqué ramo con chocolate. Así se ponen en la tarea
Olimpo López y sus ingenieros químicos en buscar la receta exacta del chocolate
para que el ponqué no sufriera cambios ni se dañara por su diferente textura
sabor y/o dulzura, logrando a los siete meses encontrar la fórmula perfecta y
lanzando al mercado en el 72 el delicioso ponqué cubierto de chocolate que
tenemos actualmente.
Cabe anotar que esta fórmula esta guardada en una caja fuerte de
un banco de Estados unidos, y que representa el 80% de las ganancias de Ramo.
Además no solo le damos el crédito a Don Rafael Molano Olarte por ser el fundador de Ramo
sino que también por otras compañías como Acopi, el gremio de panaderos, el
club de ejecutivos de Bogotá y diversas escuelas de ventas como Incolda, de
donde más tarde nacieran escuelas de ejecutivos y administradores como el Cesa
y Eafit. Cabe recordar que obtuvo reconocimientos y agradecimientos por parte
de todas las personas y compañías a quienes les ayudo y aporto a lo largo de su
vida.
No queda más que agradecerle por ese gran ejemplo de
emprendimiento y de valor que muestra a lo largo de su vida, y que si bien es
cierto lo hizo por una necesidad, surgió de una pequeña idea la cual por su
disposición y entusiasmo fue creciendo y creciendo hasta lograr unas metas
inimaginables y que hasta la fecha aunque no lo sepamos lo saboreamos día a día
al darle un mordisco a un delicioso CHOCORRAMO o un GALA, además de reiterar el
agradecimiento por parte de todas las personas a las cuales da empleo en sus
grandes plantas y laboratorios que funcionan y que no se cree que dejen de
funcionar